LAS POSADAS

LAS POSADAS

Son una actuación de las penurias que pasaron José y María antes del nacimiento del niño porque al llegar a Belén para cumplir con el censo no encontraban albergue. Por eso, María tuvo que dar a luz en un establo. Comienzan el 16 de diciembre y culminan el 24 del mismo mes. Son nueve días de fiesta, villancicos, piñatas y ponche. Los nueve días simbolizan los nueve meses que dura la gestación.

Esta costumbre se introdujo al parecer en 1554, en el convento de san Agustín de Acolman en Tenochtitlan. No fue difícil que los antiguos mexicanos aceptaran estas fiestas porque por las mismas fechas ellos celebraban el advenimiento de Huitzilopochtli, dios de la guerra, para lo cual también peregrinaban. Durante el mes de diciembre los aztecas preparaban banquetes y los consumían al aire libre, alrededor de cientos de hogueras que se mantenían encendidas durante toda la víspera del nacimiento del dios.

Fray Diego de Soria recibió permiso del Papa en Roma para celebrar nueve misas de aguinaldo -la palabra aguinaldo significa regalo. Las misas debían celebrarse al aire libre del 16 al 24 de diciembre de cada año, junto con la dramatización de la Navidad. La costumbre fue evolucionando y se trasladó de las iglesias a los hogares. Incluyen una representació n del peregrinar de José y María, donde los anfitriones representan a los hosteleros y al pueblo en general. Otra parte de los asistentes representan a los peregrinos, a quienes llevan en figuras de barro, cargados por adolescentes. Los peregrinos, acompañados por gente con velas encendidas, peregrinan rezando letanías y piden posada con un canto simple. Los hospederos la niegan dos veces, pero en la tercera los dejan entrar y comienza la fiesta.