LA PASTORELA

LA PASTORELA

Estas representaciones tienen su origen en los actos sacramentales del siglo XVI, que tenían como propósito evangelizar a los indígenas recién conquistados. Debían tener un lenguaje sencillo para explicar los diferentes misterios de la religión católica. No siempre se escribían en español, algunas veces los sacerdotes usaban las lenguas indígenas. De estos textos surgen las pastorelas. La primera se presentó por primera vez en Cuernavaca el año de 1527.

Son recreaciones a modo de obra teatral, donde se dan a conocer las dificultades que enfrentan los pastores para llegar al lugar donde se encuentra el niño Jesús de un modo sencillo y humorístico. Nunca se dicen groserías. A partir de una estructura básica, las pastorelas han sido fruto de la imaginación popular, diferentes en cada región, época y circunstancia. Los elementos básicos son:

Saludo. Estaba a cargo del mayordomo que pagaba la obra (escenografía, vestuario y texto), pero puede hacerlo el anfitrión, el familiar mayor o algún personaje creado con este objetivo. Aquí se explica por qué se ha hecho este montaje.

Anunciación. El arcángel Gabriel les dice a los pastores que ha nacido Jesús y que vayan a adorarlo.

Juramento ritual del diablo. El diablo se entera de que ha nacido el niño y jura que los pastores no van a ir, se dice que si los pastores no llegan a Belén a adorarle no habrá salvación para su alma.

Tentaciones. Los pastores están contentos con la noticia, cantan y bailan. Aparecen los diablos y los tientan con algunos de los pecados capitales, como gula y lujuria, para que desvíen su camino.

Lucha. Los pastores reflexionan y se alejan del mal o pelean y vencen a los diablos. En la última tentación, el ángel debe pelear con el diablo personalmente y vencerlo. El arcángel San Miguel representa el bien y es el que da la batalla contra Lucifer que representa el mal.

Adoración. Invariablemente los pastores llegan a Belén, adoran al niño y salvan su alma.